lunes, 30 de mayo de 2016

666 (CUARTA PARTE): ¿SIMÓN I?

 

En esta parte del relato adquiere mayor relieve y protagonismo el personaje de Fray Simón de Samaria, sin duda el más interesante de 666. Estamos aquí ante el arquetipo del clérigo ambicioso, arribista y con escasos escrúpulos, cuyo molde podemos rastrear a lo largo de la literatura del siglo XIX: en el Julian Sorel de "Rojo y negro" inventado por Sthendal, o el magistral catedralicio Don Fermin  de "La Regenta". Pero además, su dimensión de apóstata, sacrílego y finalmente satánico lo acerca a otros personajes aún más siniestros, como el cura Docre descrito por J.K. Huysmans en "Allá abajo". También por sus dudas pascalianas e inquietudes existenciales se asemeja en ocasiones a esos sacerdotes atormentados, esbozados por Miguel de Unamuno, Bernanos y otros escritores del siglo XX en las novelas, lo que nos lo hace más próximo a nuestra época y  más inquietante.
Muchos elementos y subtramas de la novela he preferido omitirlos por considerarlos poco importantes, y para darle más realce al núcleo principal, que gira entorno al triángulo formado por Ciro Dan, Juana Tabor y Simón de Samaria. En un segundo plano se mueve el personaje de Fray Plácido, que asiste al principio como  testigo e intérprete visionario de los acontecimientos, y luego va adquieriendo un papel más decisivo en el desenlace de la historia.

viernes, 20 de mayo de 2016

666 (TERCERA PARTE): DOS ROSAS Y UNA CRUZ

 

 

Inmersos como estamos en plena vorágine hugowastiana, habrá no pocos lectores que consideren este relato como un puro dislate o un delirio febril. Y no es de extrañar, porque para la mayoría de nuestros contemporáneos el Apocalípsis de Juan y  los demás textos apocalípticos, cualquiera que sea su significado simbólico o espiritual, les merecen un juicio parecido. Como mucho pueden servir para que algunos eruditos, como el recientemente fallecido Umberto Eco, se luzcan escribiendo algún ensayo sobre el particular. 

 Pero habrá algunos, entre los cuales  me incluyo, que tal vez  se sorprendan de las múltiples correspondencias y similitudes que existen entre esta especie de leyenda medieval, escrita en la pasada centuria, y los acontecimientos que día tras día configuran el actual momento histórico. 
Por ejemplo sorprende que ya en el año 1941, a la altura de la Segunda Guerra Mundial, el autor fuese capaz de intuir que en el futuro los conflictos de finales del siglo XX y principios del XXI  iban a estar focalizados principalmente en  el Oriente Medio. En su obra menciona, con aliento profético, un amenazante panislamismo fundamentalista que hoy en día vemos por desgracia verificado  en el yihadismo, y en fenómenos como Al Qaeda y el Daesh. Detrás de ellos, al igual que del atentado del 11s (véase lo que se dice  de las 28 páginas de la CIA sobre el particular) , se esconden muchas sospechas que señalan directamente hacia Arabia Saudí, pero es probable que la cosa sea más compleja y haya más actores implicados en la trama del neoterrorismo. Se habla del gobierno turco, del israelí (que hasta ahora curiosamente no ha sufrido ningun ataque del DAESH), e incluso del de los mismísimos Estados Unidos...

viernes, 13 de mayo de 2016

LA FOTOGRAFÍA COMO PROFESIÓN

Una aproximación al trabajo de Juan Pablo Moreiras (1994)

"Elvis" (Isla Dominica, 1994)

Han pasado ya 22 años, pero me parece oportuno rescatar aquí una entrevista que en su día realicé al fotoperiodista gallego Juan Pablo Moreiras, cuando estaba en sus comienzos como profesional,  y de cuyo  trabajo más reciente podéis haceros una idea contemplándolo através del enlace: http://www.juanmoreiras.es/

 Esta entrevista me sirvió aquella vez para preparar un trabajo universitario, y a pesar del tiempo transcurrido, y que algunas cosas en el trabajo actual de Juan Pablo han cambiado inevitablemente, creo que contiene muchas reflexiones interesantes sobre el mundo de la fotografía y de las artes en general que, en gran medida, siguen estando vigentes hoy en día.
Con el nuevo milenio muchas cosas han cambiado en el mundo de la imagen. La tecnología digital se ha desarrollado extraordinariamente dominando nuestro entorno y, en la actualidad, cualquiera puede creerse un gran fotógrafo y un gran artista si hace uso de esa amplia gama de trucos y posibilidades que la tecnología pone al alcance de todo el mundo... Eso ha podido servir para ampliar las posibilidades expresivas de algunos, pero también entraña un riesgo, y  es que parece que cada vez dependemos más de los artilugios electrónicos. Y casi nos hemos olvidado de los grandes pioneros de la pintura y la fotografía que, en una época en que la tecnología era más "rudimentaria", fueron capaces de establecer las bases de un lenguaje visual que hoy todo el mundo domina o cree dominar.

Por otra parte, en esta entrevista también se aludía a una tendencia que entonces empezaba a irradiar desde las facultades de Bellas Artes, y que hoy por hoy se ha impuesto de una forma aplastante entre los artistas llamados "emergentes": la utilización masiva de la fotografía (o el vídeo) como parte de intervenciones "plásticas" o"artísticas". Por lo general, los responsables de estas intervenciones no son profesionales de la fotografía (ni del vídeo) y sus "trabajos" no suelen poseer ni los mínimos requisitos de calidad que se exigen, por ejemplo, a los fotoperiodistas. Se objetará que las motivaciones filosóficas o los intereses de estos fabricantes de instalaciones son de otra índole muy diferente de las de los fotógrafos profesionales... El caso es que sus "obras" pasan a considerarse en la actualidad como Arte Contemporáneo con mayúsculas, y así son presentadas en los museos, ante la estupefacción del gran público. Sin embargo, este último suele recibir mucho mejor, y con toda la  razón, las exposiciones de los grandes fotógrafos profesionales, donde es posible rastrear la herencia de la mejor pintura del pasado (Velázquez, Vermeer, los impresionistas) de un modo bastante más patente que en las obras del llamado "arte contemporáneo". He aquí una de las paradojas de nuestra época.